El partido por el bronce en los Juegos Olímpicos tiene una importancia apenas abajo de la final del torneo. Es la última medalla en disputa y por eso su definición muchas veces tiene que ver con el aspecto emocional de cómo quedó cada uno tras perder en semifinales.
Y en este caso, el más afectado pareció Alemania, pese a que fue Serbia el que estuvo más cerca de alcanzar la final.
Ganó Serbia 93-83 y fue totalmente justo, porque tuvo el control del juego durante todo el partido con sus tres figuras: Jokic (quinto triple-doble de la historia olímpica con 19 puntos, 12 tebotes y 11 asistencias), Micic (19) y Bogdanovic (16).
Segunda medalla para una joven Serbia tras la plata en Río 2016. Merecidísimo. Alemania se va con la cabeza gacha tras un arranque de torneo fantástico. Una pena.

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