En un Carlos Cerutti totalmente repleto, Atenas (Córdoba) (3) superó 80-57 a Racing (Chivilcoy) (2) en el quinto partido, se coronó campeón de la Liga Argentina y después de una temporada en el ascenso volverá al lugar donde más títulos ganó en toda su historia.
Ante un polideportivo Carlos Cerutti colmado, el quinto y definitivo juego de la serie final tuvo un arranque fiel a lo que se estaba jugando. En ese marco, fue Atenas quien puso primera y rápidamente sacó ventaja. Promediando el cuarto estaban 12 a 5. Bien en defensa y con goleo repartido arrancó el local, a Racing le costó hacer pie y erró muchísimo desde la larga distancia. Los primeros diez terminaron 20 a 12.
La diferencia se mantuvo en el segundo cuarto. En el griego, Chris Ware fue clave con su ingreso aportando 9 puntos y un vital aporte defensivo. Cuando los tiros de tres pntos entraron, la Academia se matnvuo al acecho, pero en líneas generales, estuvo errático. A 11 llegó la máxima (39-28) sobre el cierre pero al entretiempo se fueron por un punto menos 39 a 29.
Tras el descanso largo, Atenas siguió imponiendo su juego y su ritmo, obligando a la visita a jugar más lento de lo que está acostumbrado. Estiró aún más la diferencia. Restando 7.17 estaba 46 a 29. De todos los momentos vividos en esta serie, este cuarto fue el de mayor claridad para uno de los dos equipos. El local dominó apoyado en el aporte que hizo todo el equipo en general. Al último cuarto ingresaron 58 a 42.
Atenas vio la oportunidad de quebrar el partido temprano y no lo desaprovechó. Ante un rival aturdido, arrancó el último capítulo con agresividad y puntería. Buenas defensas y un par de bombas desinflaron el intento de Racing y estiraron la ventaja a cifras definitivas promediando el parcial.
Los últimos cinco minutos fueron mágicos para los locales, con el partido decidido, todo el mundo de pie y un aliento ensordecedor que ovacionó cada una de las acciones y a sus protagonistas. El resultado final fue 80-57, más abultado de lo que fue el trámite del partido y de la serie. Pero la superioridad del dueño de casa fue total.
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