La Euroliga y la Eurocup, competiciones reinas en el baloncesto europeo, cuentan en sus filas con algunos de los mejores árbitros del mundo. Y entre ellos está un argentino, Leandro Lezcano, quien un día tomó la decisión de salir de su país natal para vivir en España.
Radicado en Barcelona, ha acabado dirigiendo partidos de gran relevancia por todo el continente en lo que a clubes se refiere. “No tuve que convencer a la familia, es algo que teníamos planeado hacer por una cuestión familiar y social. Yo era profesor de educación física, que en España aún no he podido ejercer, y mi esposa es odontóloga. Viendo los pros y los contras, creo que las posibilidades, sobre todo para nuestros hijos, eran mucho mejores aquí. Es una decisión que veníamos pensando y cuando se dio la posibilidad, decidimos ir. Lo hablé en su momento con el jefe de la Euroliga y le estoy agradecido por darme la oportunidad”, explica.
Dada la exigencia del calendario, su día a día es frenético: “Durante la temporada viajo entre semana. Se viaja un día antes del partido y al siguiente se vuelve. Se hace un scouting de los equipos, generalmente preparamos uno cada uno de los árbitros, hacemos algunos cortes y evaluaciones estadísticas y vemos por dónde puede ir el juego de un equipo y de otro tanto ofensiva como defensivamente. Después tenemos el partido y la evaluación posterior. Los fines de semana tengo partido en España, donde también hago una evaluación similar”.
“Se nota el calendario. Se van sumando partidos y es importante el descanso, no solo para estar bien físicamente sino también mentalmente. Hay que tratar de descansar cuando llegas a una ciudad, en casa también. Generalmente viajamos solos y después en el hotel nos juntamos con nuestros compañeros. Hay que tratar de descansar, pero también de salir un poco para que no sea todo baloncesto”, añade.

Lezcano reconoce que está encantado con la experiencia: “En Argentina hay aficiones fervorosas pero no por cantidad, hay pistas pequeñas y con gente. En Europa hay pabellones con 10.000 o 12.000 personas. Es lindo tener ese ambiente, nosotros los árbitros lo disfrutamos. Nos gusta arbitrar antes en una pista llena que en una vacía. Lo que más gusta es un partido con ambiente, es lo más lindo que hay”.
“Todos los equipos tienen jugadores de nivel, es una liga muy pareja. Las destrezas de los jugadores están cada vez más desarrolladas. Se disfruta cuando uno ve un mate o una jugada bien hecha. Tenemos una ‘silla’ de privilegio para estas cosas. Uno está cumpliendo su tarea pero ve algún mate o algún tiro forzado sobre la bocina desde 8 metros que impresiona”, señala a EFE.
Cuando aterrizó, el argentino ya contaba con experiencia internacional en partidos de Mundiales o de Juegos Olímpicos. Eso le abrió las puertas de los torneos de referencia en Europa, pero el trayecto para hacerse un hueco en España está siendo diferente. En su país de residencia Lezcano ha ido abriéndose camino desde abajo y aún no ha podido desarrollar su labor en la máxima categoría, la Liga Endesa. De momento ejerce un escalón por debajo: “Cuando llegué aquí empecé arbitrando en Cataluña, alcancé Liga EBA y luego pasé a LEB Oro (equivalente a la segunda división). Estoy trabajando para llegar a la Liga Endesa. Es un objetivo que tengo y ojalá tenga la oportunidad de estar. Estoy haciendo de mi parte lo que tengo que hacer, dando lo máximo posible”.
“Vine de afuera, hay un proceso que tengo que hacer como todo árbitro de España. Si bien he subido rápido porque tenía una trayectoria y experiencia, di los pasos que había que dar. Este es mi primer año en LEB Oro y ojalá tenga la posibilidad de subir. No lo veo mal, porque si no cualquier árbitro vendría y no estaría protegido el árbitro español. Todo el mundo hizo una carrera y lo entiendo”, indica.
Asimismo lamenta que adherirse a la Euroliga y a la Eurocup le impida participar en competiciones FIBA como mundiales o Juegos Olímpicos: “Sabía lo que se venía cuando tomé la decisión y es parte de ella. Me gustaría estar en la lista de elegibles, más habiendo estado en un Mundial y en dos Juegos. Pero hoy por hoy lamentablemente no se da. Ojalá en el futuro se puedan solucionar esas diferencias que hay, que vaya todo por los carriles normales”.

Desde la distancia, no es ajeno a lo que ha supuesto para la albiceleste no estar en las últimas competencias internacionales de referencia: “A veces pasa. Los dirigentes y los jugadores tendrán que analizar qué ha pasado para cambiarlo. De aquí a futuro hay una nueva generación y ojala puedan estar en los próximos torneos”.
Dentro de ese grupo que asoma aparecen jugadores como Facundo Campazzo, Gabriel Deck o Luca Vildoza, con los que se cruza en ocasiones y que representan a un baloncesto de su país que cree que se aprecia mucho en Europa: “Al jugador argentino se le valora bien aquí. Tiene mucha actitud, un temperamento fuerte, se deja el corazón en la pista y se entrega. Creo que por eso también es valorado más allá de sus cualidades físicas y técnicas. Destaca la intensidad y la entrega que tiene al juego”.
Fuente: Mundo Deportivo
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