Sebastián Báez llegó a Montevideo con la etiqueta de favorito y con la expectativa de imponer su jerarquía en primera ronda del Uruguay Open.
El argentino (45°), acostumbrado a los grandes escenarios y a los desafíos en el circuito ATP, tenía la oportunidad de reafirmar su condición de jugador sólido en arcilla, ahora a nivel Challenger.
Sin embargo, lo que parecía un trámite se transformó en una pesadilla. En su estreno, Báez se encontró con un rival que no solo le hizo frente, sino que terminó por desarmar su juego.
El ecuatoriano Álvaro Guillén Meza (200°) lo vencio por 7-6 (3) y 6-4. La derrota de Báez implica que terminó prisionero de sus nervios. Guillén Meza jugó libre, sin la carga de la expectativa; Báez, en cambio, cargó con el peso del favoritismo.
Para el bonaerense es la quinta derrota en fila, sumando Shanghai, Bruselas, Basilea y París, todas ellas en canchas duras y bajo techo. Esta vez, sobre arcilla, su superficie predilecta.

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