El día de Navidad, los San Antonio Spurs derrotaron a los Oklahoma City Thunder 117-102 en una batalla muy disputada entre los dos mejores equipos del Oeste, su tercer enfrentamiento en menos de dos semanas.
El veterano base De’Aaron Fox lideró el partido con 29 puntos, con un eficiente 12 de 19 en tiros de campo. Su compañero de backcourt, Stephon Castle, añadió 19 puntos, mientras que Victor Wembanyama aportó 19 puntos y 11 rebotes desde el banquillo. Harrison Barnes y Dylan Harper combinaron 27 puntos y nueve rebotes.
Antes de la tarde del jueves, la principal intriga en torno a este enfrentamiento era si los Spurs, tras haber vencido a los Thunder dos veces esta temporada, merecían la etiqueta de “rivales”. Pero en una tarde en la que San Antonio aprovechó un parcial de 17-4 para remontar una desventaja inicial de ocho puntos, tomó el control total del partido y limitó a Shai Gilgeous-Alexander a 22 puntos en 19 tiros para su tercera victoria sobre los campeones en dos semanas, es casi imposible librarse de esa etiqueta ahora.
Jalen Williams terminó el partido con 12 puntos y 6 asistencias, Chet Holmgren sumó 10 y el pívot titular Isaiah Hartenstein añadió 13 puntos y 12 rebotes. Ningún otro compañero del Thunder terminó con más de 12 puntos.
Con esta victoria, los Spurs ahora han ganado todos los títulos (sin incluir la final de la Copa NBA), consolidándose como el segundo mejor equipo del Oeste y verdaderos contendientes de cara al nuevo año.
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