diciembre 7, 2025

Marca Personal

Santa Fe, Argentina

LeBron James descartó un récord histórico por el bien colectivo

LeBron James detuvo el reloj de 18 años como si fuera un detalle menor. Con el partido igualado 120-120 frente a Toronto, el estadio en tensión y su histórica racha de 1.297 partidos consecutivos con al menos 10 puntos pendiendo de un hilo, el Rey eligió no lanzar. Eligió pasar. Y esa decisión —que en cualquier otro jugador sería un gesto mínimo— quebró una marca considerada inquebrantable desde aquel lejano 6 de enero de 2007, cuando aún no existía Twitter, Cooper Flagg tenía 15 días de vida y el campeón actual OKC aún no jugaba la NBA.

La noche había sido inusual desde el inicio: sin Luka Doncic y con un LeBron irreconocible, trabado en un 4 de 17 de campo y sin triples convertidos en cinco intentos. Más que cansancio, se notaba una torsión del tiempo: su temporada número 23, a semanas de cumplir 41, parecía por fin dejar una marca en su físico. Aun así, se mantuvo en cancha porque los Lakers lo necesitaban; no para sostener el récord, sino para cerrar un juego apretado en la ruta, donde el equipo está 9-2.

Y allí, en ese último ataque, la esencia que define a LeBron desde que llegó a la NBA volvió a aparecer. Austin Reaves, que ya había metido 44, atrajo la defensa y soltó la bola hacia él. Quedaban tres segundos. Podía tirar y sellar otro capítulo en la épica individual más extensa del básquet moderno. Pero cuando la marca se acercó más, hizo lo que siempre enseñó su manual interno: leer la ventaja, soltar el pase correcto, confiar. Rui Hachimura recibió en la esquina, lanzó, anotó el triple ganador y desató el gesto del Rey levantando los brazos, feliz por el triunfo, indiferente al fin de su registro.

“¿Estoy triste? No, ganamos”, dijo después. No hubo tormenta interna, no hubo drama con el legado. Solo un jugador que entendió el escenario de cuatro contra tres y ejecutó lo que sentía que correspondía.

La magnitud del registro perdido es difícil de explicar: Michael Jordan quedó segundo con 866 juegos, Kareem con 787, Karl Malone con 575. LeBron duplicó el tercero de la lista y construyó un récord que, en el ritmo actual de la liga, parece inaccesible. El perseguidor más cercano activo es Kevin Durant con 267. Muy lejos. El Rey eligió perder su récord para ganar un partido. Y ahí, justamente ahí, se explica toda su grandeza.

Fuente: Básquet Plus

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