Jugar el Six Kings Slam no es para cualquiera. Primeramente porque es para un grupo selecto de los mejores jugadores del planeta y segundo porque hay que estar dispuesto a contestar las mil y una preguntas acerca de la “elección” de su calendario.
Todo empieza días atrás cuando Carlos Alcaraz decide no participar en el Masters 1000 de Shanghai tras sufrir un esguince de tobillo en el Abierto de Tokio (“No diría que me siento al cien por cien; las dudas persisten al moverme por la cancha”), el torneo anterior que ganó. Tras su retiro, el español expresó su frustración por la cantidad de partidos que merman su rendimiento y lo ponen en jaque tanto física como mentalmente: “Creo que es algo de lo que muchos jugadores y personas están hablando con respecto al calendario: Lo repleto que está con tantos torneos, algunos de dos semanas de duración”.
“Solo puedo decir que es un formato completamente diferente. Una situación diferente. Jugar exhibiciones no es como los torneos oficiales, donde tienes que mantenerte concentrado durante 15 o 16 días seguidos con tanta exigencia física. Aquí, simplemente disfrutamos uno o dos días y jugamos al tenis. Creo que es genial; por eso a veces elegimos exhibiciones. Claro que entiendo las críticas, pero a veces la gente no entiende nuestro punto de vista”, agregó.
En Arabia Saudita, el número 1 del mundo derrotó a Taylor Fritz por 6-4 y 6-2, lo que le permitió disputar la final contra Jannik Sinner.
Será la sexta final entre sí esta temporada (aunque solo sea un partido de exhibición), tras sus enfrentamientos en las finales del Masters 1000 de Roma, Roland Garros, Wimbledon, Cincinnati y el Abierto de Estados Unidos.
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