En un Antonio Rotili a reventar, Racing (1) se llevó a Chivilcoy lo que fue a buscar, al doblegar a Lanús (1) por 78 a 75, en la segunda final de la Conferencia Sur.
Se plantó con fiereza en un terreno adverso, que se configuró en un verdadero infierno turco por la multitud que abarrotó las gradas, y ejecutó su plan con tenacidad. Racing de Chivilcoy resolvió la complejidad de robar un punto en un estadio casi inexpugnable y festejó una victoria tremenda.
En el contexto de un pleito cargado de condimentos, con emoción en estado puro, batalla física, calidad de movimientos, rendimientos individuales, la Academia se impuso 78-75 ante Lanús, como visitante, para empardar 1-1 la serie de la final de la Conferencia Sur.
El equipo de Diego D’Ambrosio dominó mayoritariamente el trámite, pero en el cierre estuvo al borde de ceder cuando Augusto Alonso tuvo la chance de igualar el tanteador, a falta de cuatro segundos, pero dilapidó uno de sus libres. Así, los bonaerense esquivaron un balazo y lograron celebrar.
La Academia mejoró ostensiblemente su funcionamiento respecto al cotejo del lunes, con una mejor prestación ofensiva y principalmente en los triples (9/24), así como aparecieron hombres que fueron controlados como Alejo Barrales, que brilló por su ascendencia y firmó una planilla de 12 puntos, 6 rebotes, 5 asistencias y 3 recuperos. Además, otros tres elementos superaron el doble dígito anotador: Stucky (15), Assum (13), Peralta (11), Reinaudi (10).
En el primer tiempo, Racing tomó el control del flujo con Barrales como conductor, un Assum anotador y Stucky lastimando cerca de la pintura. Además acorraló a Lanús y lo frustró en sus avances y por eso se escapó 45-27, a falta de 3:40 con las bombas como alimento (6/12). El local pudo maquillar y cerró abajo 45-32.

Tras las charlas en vestuarios, mermó la dinámica, con una menor incidencia de la fluidez y del tránsito veloz en el parquet. Racing continuó concentrado para manejar 55-38, a los 5 minutos. La energía de Franchino y las acciones de Ríos le dieron aire al Grana, pero el segmento se clausuró 63-50 para la visita.
En el último capítulo apareció una reacción furiosa de Lanús, que arrancó con un parcial 9-0 y provocó el dramatismo al acercarse 63-59. De ahí en adelante el juego se tornó muy parejo, con la influencia de los roces físicos y la batalla emocional. El visitante llegó 75-69 a falta de 50 segundos, pero no supo como decretarlo, por lo cual el Granate siguió vivo y empujando hasta que Agusto Alonso tuvo en sus manos la chance de igualar, pero marró uno de sus libres, cuando restaban cuatro segundos. Luego, Barrales sentenció desde la línea para el triunfo de la Academia.
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