junio 16, 2025

Marca Personal

Santa Fe, Argentina

“El señor de los números”

El amanecer del domingo 2 de junio nos trajo desde la ciudad de Tucumán la triste noticia del fallecimiento de nuestro querido amigo y colega, Raúl Néstor Lottersberger, ciudad del norte argentino donde estaba radicado desde hacía dos años junto a su hijo y familia, después de haber visto partir al cielo a su esposa Isabel, y dejando una huella imborrable en el periodismo deportivo de la ciudad de Esperanza y la región.

Desde su infancia en la localidad de Pilar, lugar del departamento Las Colonias que lo vio nacer y donde realizó sus estudios primarios en la Escuela «Patricias Argentinas», ya era un apasionado por las estadísticas que por aquel entonces se hacía a papel y lápiz, muy lejos en el tiempo de conocer el internet y la tecnología.

Ya radicado junto a sus padres y hermano en la ciudad de Esperanza, realizó sus estudios secundarios en el Colegio San José, siempre siguiendo su gran pasión por los números, esos que lo llevaron a ser «él hombre» de las estadísticas.

Trabajó en varios medios de la ciudad pero su arraigo con el Diario El Colono del Oeste donde combinó la tarea publicitaria con la del deporte lo llevó a ser una persona que marcó toda una época.

Como ninguno, su gran pasión fue llevar los datos de varios deportes, especialmente de dos, uno fue el fútbol de Liga Esperancina convirtiéndose en el único que disponía de todos los datos desde el inicio de la Liga, allá por 1932 y que publicaba a través de su columna muy esperada por la gente, «Rumbo a la Cancha» donde los lectores encontraban como le había ido a su equipo ante el rival de turno a través de la historia y el otro fue el básquetbol, deporte que nos terminó uniendo para siempre.

El básquetbol fue su otra pasión, las estadísticas de los grandes campeonatos argentinos de antaño eran motivo de hurgar en sus carpetas y posteriormente con el inicio de la Liga Nacional cuando Esperanza tenía a través de Almagro a su representante, la redacción del diario se convirtió en epicentro de los resultados.

Recuerdo las interminables noches de los viernes donde jugaban la mayoría de los equipos en todo el país, cuando era una odisea para algunos conseguir un resultado «Lotte» o «Pupo» como lo apodaban, lo tenía. Sin internet y con el relato radial de emisoras que apenas se podían escuchar y rogando que la onda no se vaya justo cuando terminaba el partido y pasaban los goleadores o el teléfono, de línea obviamente porque celulares no había, “al rojo vivo” para averiguar lo que faltaba, eran los medios para conseguir “el dato”.

La comunicación telefónica con Marcelo Mendoza de El Litoral en Santa Fe, el querido “Pepe” Grandinetti en LT 10 que lo está esperando en el cielo, el “Pato” Garciera desde LV2 de Córdoba, la gente de La Nueva Provincia el gran diario de Bahía Blanca y otros que se me escapan de la memoria eran los contactos cerca de la medianoche para intercambiar resultados y síntesis. Incuso la Asociación de Clubes de Básquetbol, lo consultaba permanentemente a lotte antes de dar a conocer una noticia, porque si lotte lo tenía igual, quería decir que estaba bien.

Su tarea periodística también lo llevó a ser un «maestro» de trabajar en estudios centrales en una radio, primero en LVA 26 emisora de circuito cerrado y luego se transformó en Emisora Aarón Castellanos por FM en nuestra ciudad, acompañando también a grandes relatores como Héctor “Palolo” Barbetta o nada menos que Ricardo Porta en LT9, en LT 28 Radio Rafaela donde enseño su magia en estudios mientras «Palolo» Barbetta y el «Flaco» Foglia transmitían el fútbol incipiente de Atlético en el Nacional B.

Tuve la fortuna de que nuestras vidas se cruzaran y que fuera Raúl quien me dijera, ¿querés venir al diario y a la radio a darme una mano?, el sí que dije cambió mi vida y gracias a este gran maestro fue aprendiendo el “oficio” de periodista y a querer los números de las estadísticas, además de conocer a mucha gente que abraza esta pasión por el periodismo.

El transcurrir del tiempo llevó a que la salud de “Pupo” se fuera deteriorando paulatinamente, la diabetes le fue jugando una mala pasada junto a algún exceso que no vale la pena reprocharle ahora.

Luego de perder a su esposa, tomó la decisión de irse a Tucumán donde residía su hijo y allí, gracias al internet, mantuvo su contacto con El Colono del Oeste para seguir haciendo su pasión, la de pasar los resultados para el diario, pero no solo de básquetbol donde ahora los datos los compartía con Leandro Buttarazzi ya que “Tío Mendoza” había dado un paso al costado para descansar tras su extensa trayectoria, sino también de otros deportes que “sintieron” su pasión por tener “sus resultados” para difudir a quien lo necesitara.

Hace unas semanas atrás una infección pulmonar terminó por complicarlo, tuvo que dejar su “tablet”, la lapicera y el papel para ir a una sala de hospital a ver si podía cambiar el rumbo y volver a su gran pasión, pero Dios dispuso otra cosa y ayer un llamado telefónico nos dejó con lágrimas en los ojos al recibir la noticia de que su corazón había dicho basta.

Cuarenta años pasaron desde aquella invitación, toda una vida, la que recordaré eternamente.

Gracias Raúl, gracias maestro y amigo.

Raúl Crippa – Especial para Marca Personal

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