A pesar de no contar con tres titulares -Anunoby, Randle y Robinson-, los Knicks siguen dando muestras de su excelente presente y aspiraciones serias en la Conferencia Este. En este caso, los dirigidos por Tom Thibodeau viajaron a San Francisco y sumaron su cuarto triunfo al hilo: 119-112 ante los irregulares Golden State Warriors.
Los Knicks venían de dejar a sus últimos cinco rivales en 93 puntos o menos y aunque la ofensiva de los Warriors consiguió unos respetables 112 tantos, esta vez fue el ataque de New York el que llevó a la visita a la victoria, comandado por una dupla en enorme nivel: Jalen Brunson y el sorpresivo Miles McBride.
Lo de Brunson ya no es novedad. Venía de romper la barrera de los 40 puntos en sus últimos dos partidos y en este caso sumó 34 unidades, además de 7 asistencias y 5 rebotes. Lo que sí fue mucho más inesperado fue el rendimiento de Miles McBride, titular ante las bajas y pieza clave con nada menos que 29 puntos.
McBride, conocido mayormente por su producción defensiva -también cumplió una buena labor en la marca de Curry-, nunca antes había anotado más de 21 tantos en su carrera NBA.
En los Warriors hubo 27 puntos de Stephen Curry, pero el resto de los titulares quedó en deuda, incluyendo 7 tantos de Andrew Wiggins, 2 de Draymond Green y 0 de Brandin Podziemski. De hecho, la tarea de varios suplente como Trayce Jackson-Davis (19 puntos y 9 rebotes), Klay Thompson (18 puntos y 8 asistencias) o Chris Paul (14 puntos) estuvo por encima de lo hecho por el cuadro titular.
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