Boston Celtics no solamente estaba derrotando a cualquier equipo de la NBA que se le cruzara en el último tiempo, sin perder un partido desde el 1 de febrero, sino que lo hacía con un nivel que directamente intimidaba a los rivales.
136-86 a Brooklyn Nets, 129-112 a Chicago Bulls, 116-102 a New York Knicks, 117-99 a Philadelphia 76ers, 138-110 a Dallas Mavericks y 140-88 a Golden State Warriors fueron las últimas seis de las 11 victorias consecutivas con las que los Celtics, líderes de la NBA, llegaron al partido de este martes como visitantes de Cleveland Cavaliers.
La visita a Cleveland, el tercero de la clasificación del Este, empezó como un paseo más de los Celtics: 33-25 en el primer cuarto, 87-71 tras el tercero y una diferencia que se estiró hasta el 93-71 a nueve minutos del final. Boston azota tanto con su ataque como con su defensa, las dos caras calificables como elite de la NBA. Pero esta vez el partido se le fue de las manos a los Celtics por un nombre inesperado: Dean Wade.
El alero de 27 años de los Cavaliers, que en cinco temporadas en la NBA nunca promedió más de 6 puntos por partido y no suele tomar otra responsabilidad en ataque que no sea intentar triples a pie firme, se despachó con el mejor partido de su carrera. 23 puntos, 8 rebotes y 2 robos en 21 minutos con 6-9 en triples. Y 20 de esos puntos llegaron en los siete minutos finales, con 5-5 en triples.
Para Boston esta no parece que vaya a ser una derrota que tenga impacto: siguen líderes de la NBA con su récord de 48-13 y con una ventaja de más de siete partidos sobre su escolta a poco más de un mes del final de la Fase Regular. A los Cavaliers, potenciales rivales de una semifinal o final del Este, ya los habían derrotado dos veces en diciembre.
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