Con un estratosférico triple doble y dos tiros libres decisivos, LeBron James reclamó en la noche del sábado su corona de mejor jugador de la historia de la NBA con una actuación memorable para comandar la ajustadísima y épica victoria de Los Angeles Lakers ante los Golden State Warriors de un no menos brillante Stephen Curry. El partido se resolvió por apenas un punto de diferencia (145-144) en una taquicárdica doble prórroga que dejó a todos con los pelos erizados en el Chase Center de San Francisco.
James, el jugador más veterano de la liga profesional de básquetbol de los Estados Unidos con 39 años, terminó con una asombrosa planilla de 36 puntos, 20 rebotes (récord de su carrera) y 12 asistencias para imponerse en un frenético mano a mano con Curry, que llegó a 46 puntos con 9 triples y 7 asistencias.
Los 18.000 aficionados vibraron con uno de los mejores partidos de esta temporada en la NBA, que rememoró las batallas que LeBron James, liderando entonces a los Cleveland Cavaliers, sostuvo la década pasada contra los Warriors de Curry, Klay Thompson y Draymond Green en cuatro finales consecutivas.
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