Es casi fin de año. Duro, difícil, con escollos y problemas que todos intentamos solucionar. Cuando nos llega este tipo de noticias, indudablemente nos quita algo importante en el recorrido por una cancha de básquet.
En Mendoza, a muchos kilómetros de su querida Esperanza, Sergio Rohrmann se nos fue de viaje. Luchando hasta el último segundo contra diferentes contratiempos.
El popular Carota, a lo largo de décadas, se constituyó en un referente de la americana en Esperanza. Pues si bien su corazón estaba en Alma Juniors, se ganó el respeto en Almagro.

Entonces, ir a una tira sabatina, o a un partido de cualquier índole y no verlo era una falta grande que tenía esa jornada anaranjada en la Primera Colonia Agrícola.
Con Luly, Víctor, el Chueco y Flaco Niello harán sonar la bocina de posesión, levantarán una tablita, y se contarán tantas anécdotas allí arriba. Buen viaje Carota y muchas gracias por tu legado.
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