marzo 19, 2024

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Santa Fe, Argentina

Rodríguez: “El nombre de Santa Fe está altísimo con el arbitraje”

José Luis Rodríguez nació en Humberto Primo, una comuna del departamento Castellanos, a poco más de 150 kilómetros de la capital provincial.

La historia del Puma con el básquet y el arbitraje en especial es por demás de rica. Por eso un exquisito mano a mano nos mete en esa intimidad de un largo camino recorrido.

“Jugaba al básquet en Argentino de Humberto, el club donde mi papá fue Intendente. Con una camada que después se perdió ya que muchos vinieron a estudiar a la ciudad. Uno de los conocidos era Marcelo Visuara. Pero el Femenino siguió y yo era monitor y árbitro”, apuntó de movida.

Para luego afirmar: “Un 25 de mayo de 1985, por el feriado, faltaron árbitros de Rafaela a un encuentro donde jugaban Unión de Sunchales e Independiente de Rafaela. Ese fue mi primer partido y a partir de allí recorriendo un largo camino”.

Su llegada a Santa Fe

“Después de hacer el Servicio Militar, me vengo a Santa Fe e incluso entrené a las órdenes de Raúl De Phillipis (su esposa es de Humberto). Un día, Marcelo Visuara me lo presenta al Doctor Jorge Tomas en Rivadavia. Yo pité hasta los 90 Femenino. Me cita en la Asociación Santafesina, me presenta a los árbitros de experiencia de aquella época y a los pocos días arranque”.

Ese avance en el arbitraje lo llevó a poder avanzar, a punto tal que el 15 de septiembre de 1991 consiguió su licencia federativa. Y después, el Puma subrayó: “En 1997 me dieron la licencia nacional con David Quinteros, Alejandro Araujo más Britez, Chávez, Wasinger. La vida me presentaría pruebas gratificantes y otras no tantas”.

Para luego, acotar: “En esa época entré a trabajar en el Supermercado en el cual estoy. Por una cuestión política se cambia de designador en 2001 y muchos no fuimos del agrado del mismo. Aunque me convocan para una final por Liga B entre Pedro Echagüe y Nacional (MdP), fue mi último partido si se quiere súper importante”.

La familia, pilar fundamental

“Con mi esposa nos conocimos en un casamiento en Humberto, yo estaba filmando, compartimos la mesa, nos pasamos los teléfonos fijos y arrancó nuestra linda historia”, apuntó.

Fruto de esa unión matrimonial, los Rodríguez están despedigados por el mundo: “Lautaro de 30 años está en Madrid, es profesor de historia. Mariano, que fue oficial de mesa, es técnico químico y reside en Turín. Además, ataja en el ASD River Club, equipo de tercera división. Valentina, trabaja, es técnica en comunicación multimedia y además comparte conmigo el arbitraje. Y Ramiro, con 17 años, cursa la secundaria en Lourdes. Yo soy muy devoto, fui catequista, ministro de la parroquia. Viene de familia eso”.

Dirigir junto a su hija

“Hay un montón de sensaciones encontradas, empezás a recordar tus comienzos, termina uno viendo la fortaleza de ella, la velocidad para resolver situaciones. Ya dirigí hasta en Primera, desde que arrancó su crecimiento es muy grande. Es poder cumplir tus sueños, con un reconocimiento por su forma de ser que es total e indescriptible”.

Su sueño incumplido y la actualidad de COARSFE

“Yo siempre que hablo con los jóvenes, la incógnita que te queda es saber si hubiera podido entrar al TNA, no entrar a trabajar o casarme, pero no cambio por nada la familia. Estoy convencido que hubiera podido llegar, nos cuidamos al estar en un colegio comprimido, durar lo que más me pueda, uno de mis mentores (Jorge Caglieris) me decía que lo primero que tenés que hacer es enseñar las reglas, no sos mejor por dirigir un nuevo torneo y hay que seguir enseñando. Seguir dando lo mejor, estuve trabajando con entrenadores de Eneba y estar en una cancha es gratificante. El día que corte, no se cuando y cómo, me vas a encontrar en una tribuna viendo un partido de básquet”.

En la parte final, al momento de dejar su opinión de COARSFE, Rodríguez apuntó: “Estuve en dos etapas grandes del 90 a 94, con un número reducido, era díficil llegar y con el desprendimiento en la parte edilicia porque compartíamos con la Asociación, cuando Santa Fe gana la casa en Paraná, yo estaba por Rafaela en esa época, viví parte de la construcción, tuve un antes y después en las formas políticas de trabajar, Eduardo (Bellón) era muy exigente, por eso salieron los árbitros de esa época”.

Para luego, sentenciar: “Las generaciones fueron cambiando y hay que acomodarnos, somos un poco distinta a la mía, a la de Ezequiel (Angelini), pero con Chaco (Meza) y Sergio (Quinteros) hablamos, la juventud es diferente, nos cuesta, el nombre de Santa Fe está altísimo con Fernández, Lezcano, Molina, Morales viene de afuera pero es parte de la familia, es muy difícil mantenerlo, hay que quererlo, eso le inculcamos, el nivel alto y compararlos con otros, durante años somos protagonistas. Pone la vara muy alta”.