No fue una noche más para Damián Cane. Una decisión que venía madurando para al menos, tomar envión y decirle adiós a su querido Unión.
Por eso en el triunfo ante UNL con el equipo B, el Tanque le puso punto final a su recorrido, que tuvo rosas y espinas, pero fundamentalmente una huella donde deja muchas cosas positivas.
En diálogo con MP Digital reconoció que “hace 32 años que juego al básquet y esa sensación de adrenalina antes de cada partido nunca desapareció, y anoche no fue la excepción. Un día distinto, especial y sabiendo que dejaba la 9 del club de mis amores, un club del cual soy hincha y del que siempre voy a estar agradecido por todo lo que me dio y enseñó, no solo deportivamente sino como persona”.

Más adelante admitió que “el básquet me dio la posibilidad de conocer personas que hoy en día son mis amigos y algunos como mis hermanos, y verlos anoche ahí viendo el partido me emocionó hasta las lágrimas. Párrafo aparte para mi familia, mis hijos y mi señora que hicieron que este partido tenga el marco perfecto”.
Al momento de volver el tiempo atrás, Cane subrayó que “hace más de 4 años formamos este equipo con la idea de que los chicos de formativas tengan otra opción y que no abandonen el club a la corta edad por no tener lugar en el equipo A, y a medida que corrían los años cada vez más jóvenes se sumaban al plantel y aportaban lo suyo mechando juventud con experiencia”.

Y luego, disparó: “Así fue que se creó este hermoso EQUIPO con todas las letras, donde somos amigos, defendemos los mismos colores a muerte, y eso es algo que este equipo jamás va a perder, el amor por el básquet pero sobre todo el amor por esta camiseta. Yo ya no voy a estar adentro de la cancha sino un pasito más afuera ayudando, colaborando en todo lo que esté a mi alcance. Hoy Unión sigue siendo mi casa y mi lugar”.
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